Y hay que aceptarlo....detrás de todo esto que soy....soy una minita...
Y estos dias hice cosas de minita....de minita recién separada!
Caí en la típica: Ir a la peluquería...y aunque el cambio no es radical...uf! se sintió tan bien!.
De ahi...shoppin!!
Y me salió una veta desconocida...mirando vidrieras con otros ojos, probándome las cosas más insolitas por curiosidad (un sweater con cuello de piel no me va...pero estuvo divertido!)... mirando....tocando...descubriendo colores y texturas....y volví a casa llena de bolsas.
Lo mejor vino la mañana siguiente...a la hora de vestirme: saber que no me iba a poner los mismos jeans gastados y remeras opacas me hizo sentir tan bien!!!
Solo ahí me di cuenta de cuanto mejor me siento cuando el espejo me devuelve esta nueva imagen...cuan bien se siente la mirada de otros...pero sobre todo cuan bien me siento por dentro sabiendo que me estoy mimando y cuidando....
PS: no se hagan ilusiones....solo es una versión mas prolija de la Mechu de siempre
viernes, 22 de junio de 2007
De minita
jueves, 21 de junio de 2007
martes, 19 de junio de 2007
jueves, 14 de junio de 2007
Sueño
El despertador me saco de este sueño/pesadilla. Me quedé sentada en el borde de mi cama y en el borde del sueño, confundida y abrumada. Cual es la respuesta? Todos buscamos protegernos de lo que nos lastima, de lo que nos es difícil aceptar, de lo que no queremos ver. Es esta mi forma de protegerme? Desdibujar....bloquear...olvidar....
miércoles, 13 de junio de 2007
El Olvido
Olvidar es no pensar, no sentir, no re-cordar. El olvido no se fuerza.
El olvido es como las lluvias. Pueden llegar primero unas nubes, unas pocas y otras se van sumando y el cielo se entolda y no podemos decir cuando empezó a llover, porque primero fueron unas gotas, unas gotitas casi invisibles que van tomando fuerza hasta hacerse una llovizna persistente que parece no acabar nunca.
Pero también el olvido puede llegar como una tormenta de verano. Truenos y relámpagos estallando, ese olor a tierra mojada que se cuela por los poros y de repente nos rodea una cortina densa de goterones que lavan todo.
Y después me llegó como una tormenta…mientras mis ojos llovían y mi alma tronaba…fue como un rayo: lloraba pero no era a tu recuerdo al que lloraba. No pude verte más en medio del agua que caía a borbotones. Y me quedé parada ahí, chorreando, mojada hasta los huesos, sin entender porqué lloraba.
Estos días lloré por mí. Por mi necesidad de entender con la cabeza, con la mente el porque de las cosas. Por esa vieja racionalidad que me acompaña mezclándose con mi lado emocional y que se alimenta a percepciones, sensaciones y presentimientos.
Lloré porque no escuche y no quise ver las claras señales que en estos muchos meses fueron apareciendo en mi senda. Claras y estruendosas. Accidentes, pérdidas de cosas importantes, destiempo, indiferencias, malas excusas, buenos propósitos no cumplidos, y otras mas sutiles, mas suaves.
Lloré pero ya pasó